Martes, 5: ¿Y QUÉ HAY EN MI 70 VECES 7?

No hablaremos de que siempre, siempre, siempre,… tenemos que perdonar. Seguramente porque uno descubre en su vida que, para que exista la mínima capacidad de perdón, uno tiene que haberse amado, sanado y reconciliado con uno mismo.

Y, realmente, yo mismo me descubro en mi propio interior con tantos elementos que amar que, como dice Silvio Rodríguez en su canción, es indispensable tocar el propio barro con cariño para poder construir.

Hoy la invitación puede ser a aprender a perdonar, a aprender a amar, a guardar silencio y palpar lo que hay de más puro, de más maravilloso de nosotros, en ti y en mí. La invitación a vivir la fortaleza de lo que sentimos como debilidad, setenta veces siete, a conectarnos a la “red”.

Es que te sientas invitado e invitada a “desconectar” de tantas tareas, preocupaciones… para que puedas sumergirte en todas ellas “conectado”, para vivirlas en la profundidad. Es que no “robemos WIFI” del vecino (como me decían hace poco), para poder ser autónomos en la WIFI del mejor proveedor de red.

No hay nadie que perdone y que no ame, que no sepa amar. Y no hay amor que no comience por la acogida de lo más profundo de nosotros, la huella que ahí dejó Dios para siempre.

Josemi, fsc

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